jueves, 11 de marzo de 2010

Psicología e interiorismo.



Los entornos son estimulantes, potenciadores de bienestar psicológico, pero también pueden afectar al comportamiento.


 Sergi Varela (academico del Departamento de Psicología social de la universidad de Barcelona).


Tu casa, forma parte de ti. Todo lo que hay en ella habla de ti e influye en ti.
      Estamos todos hartos de escuchar:
"La casa es de alquiler, por lo tanto no es mía y no la voy a arreglar".
Si hay desconchones ahí se quedan, si las paredes están sucias, ni se pintan, el aplique es de la época de la abuela...bueno, que le vamos a hacer.
Pero no nos damos cuenta que todo esto influye en nosotros. En nuestro ánimo,en nuestro día a día. Una casa impersonal,  no suele gustar,  es fría,  no  dá la bienvenida y encima  no apetece volver a ella. Vuelves cuando estás cansado y no tienes más remedio u otro sitio adonde ir más confortable. Por lo tanto asociaras la casa al cansancio, a la soledad.
Tu casa tiene que ser tu espacio de descanso, de reponer fuerzas, de recibir amigos, de sentirte bien.
Lo importante es que refleje tu personalidad, que pongas parte de ti en ella. Tus cosas, tus fotos, tus colores, tus recuerdos. Calidez y confort. Objetos que siempre puedes guardar y trasladar. Y lo que no se pueda trasladar lo has invertido en tu beneficio el tiempo que lo disfrutaste. Los muebles, las pequeñas reformas no tienen que ser para toda la vida. Somos personas, seguimos evolucionando cada día y lo que antes nos gustaba dentro de unos años puede que nos canse o que nos horrorice. La casa forma parte de esa evolución y hay que cambiarla cuando nosotros también necesitemos un cambio, aunque sea pequeño. Un cuadro, un cojín, el color de una pared, una alfombra...Sé creativo. Hoy en día hay formas baratas, divertidas y muy funcionales de ambientar un espacio.